Los Amantes, una de las esculturas más emblemáticas de la colección de la Universidad Nacional ha sido restaurada y hoy ha vuelto a los jardines de la llamada Plaza 11 de abril.
La obra, creada en 1970 por Fernando Calvo (también se firmaba Clavo), fue restaurada por Gerardo Hidalgo, conservador y restaurador de Renoir S.A., tras un proceso que le tomó 22 días.
La escultura se ha exhibido por décadas en la Universidad Nacional y representa parte del acervo artístico identitario durante la mayor parte de su historia.
Según informó José Pablo Solís, decano del Centro de Investigación, Docencia y Extensión Artística (Cidea), la restauración de la obra se logró gracias a un esfuerzo tripartito en el que participaron donantes privados (personas que tuvieron alguna participación con la instalación de la escultura), la UNA y el proyecto SEGA de Gestión, Conservación y Restauro de las obras artísticas de la Universidad Nacional.

El artista Fernando Calvo (Clavo), segundo de izquierda a derecha (con camisa morada), es el autor de Los Amantes. En la fotografía aparece la exministra de Cultura Carmen Naranjo.
La obra
Los Amantes se hizo con la técnica cemento con acabado granito. Sus dimensiones son 121 centímetros de alto, 87 cm de frente o ancho y 290 cm fondo o largo 290 cm. “Está compuesta de dos figuras, en el primer plano y de frente una mujer posada de rodillas y tras ella un masculino tendido tratando de tomarla. El conjunto está a nivel de suelo carente de una base que lo haga resaltar”.
Según el informe final, previo a su restauración el acabado estaba “totalmente deteriorado, y erosionado, con muchos faltantes y ha sufrido desprendimientos, presenta secciones muy planas y aunado a esto, intervenciones grandes con cemento puro, por ejemplo algunos dedos de manos como de pies muy mal realizados y hoy tremendamente duros. Deterioros agudos en el conjunto como grandes faltantes de material en diferentes partes, ausencia de elementos en las figuras, como algunos dedos de las manos, nariz, boca, barbilla de la figura femenina, grietas, etc.”.
El proceso de restauración
Lo primero que se hizo fue excavar la parte inferior de escultura para liberarla. Posteriormente se le separó de una base de cemento y priedrilla sobre la que se había colocado al momento del montaje. Con calzas adecuadas se abrió un espacio para colocar las lingas o fajas y con una grúa se izó para su posterior traslado a la nueva base. En el proceso, se lavó con detergente no iónico para eliminar mugre y tierra adherida en la parte inferior.
En la nueva base se coló cemento y arena para sujetar la obra. Además, se hizo un segundo lavado para eliminar algas y líquenes de la superficie de la escultura. A la obra se le aplicó mortero de cemento de arena fino con espátula en toda la superficie, se le colocaron pernos faltantes, se aplicó el resanado de los faltantes (dedos y nariz). Se da un tiempo de secado antes de aplicar un nuevo acabado a la base y a la obra. Tras el sellado, nuevamente se dio un tiempo de secado.

El proceso de restauración de Los Amantes tardó 22 días y estuvo a cargo del conservador y restaurador Gerardo Hidalgo.
En su informe, el restaurador Hidalgo aclaró: “he respetado el diseño y formas que ya presentaba la obra y sobre todo en algunos elementos como los dedos de manos y pies de las figuras, me limité solamente a resanar los faltantes sin llegar a modelar ningún elemento nuevo excepto la nariz, la boca y barbilla de la figura femenina siguiendo los contornos y marcas que existían. Esto lo aclaro porque en el diseño de los dedos tanto de los pies como de las manos hay mucha desproporcionalidad propia del tallado original o alguna intervención anterior.”. Hidalgo recordó también que “la ética de un restaurador es respetar 100% la creación del artista, no es permitido realizar alteraciones a su originalidad”.