Este 31 de octubre, entre disoluciones, luces que se apagan y escenas de películas de terror, la ciencia se volvió protagonista de un encuentro poco convencional: Química del miedo, una actividad organizada por la Escuela de Química de la Universidad Nacional (UNA) con el objetivo de acercar la ciencia a estudiantes de escuelas y colegios manera lúdica y accesible.
La iniciativa, liderada por la académica Ligia Solís Torres, reunió a estudiantes de Ingeniería en Bioprocesos Industriales junto con jóvenes y niños de distintos centros educativos de Heredia, entre ellos el Colegio Técnico Profesional de Educación Comercial y de Servicios (Cotepecos), el Centro Infantil Carmen Lyra, y varias escuelas de Guararí y San Pablo entre otras. A través de demostraciones experimentales, explicaciones y referencias cinematográficas, los asistentes pudieron descubrir que detrás de muchos efectos “de miedo” hay procesos químicos.
“Queremos que las personas entiendan que en todo hay química, y que esta no solo está presente en nuestro día a día, sino también en nuestra diversión”, explicó Solís, mientras los participantes observaban cómo una simple disolución salina podía cambiar de color al paso de la luz o cómo ciertas reacciones provocaban efectos que parecían sacados de una película de terror.
Durante la jornada, los estudiantes de la UNA se convirtieron en divulgadores científicos, guiando al público por un recorrido que combinó el conocimiento con la sorpresa. Cada estación buscó desmontar mitos y mostrar cómo los principios de la química pueden explicar fenómenos tan variados como el brillo en la oscuridad, la formación de gases o el cambio de color en ciertas sustancias.
La propuesta se enmarca dentro de los esfuerzos de la Escuela de Química por fortalecer la enseñanza y la apreciación de la ciencia entre públicos no especializados. Según Solís, actividades como esta son clave para inspirar vocaciones científicas desde edades tempranas.
