Pablo Chaverri Chaves, Académico INEINA-CIDE
Desde su fundación, en 1973, la UNA ha tenido presente a las personas menores de edad, puesto que es heredera de la antigua Escuela Normal, formadora de docentes para los niveles básicos que el sistema educativo requería. Esta tarea formativa es asumida hoy por el Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE), cuya misión es promover el mejoramiento cualitativo y continuo de la educación formal y no formal en los ámbitos institucional, nacional e internacional, y contribuir con el desarrollo integral de las personas y la transformación de la sociedad, mediante procesos de docencia, investigación, extensión y producción académica.
En sus 50 años la UNA ha contribuido con acciones y aportes destacados a la niñez costarricense, de los cuales se extraen algunos ejemplos.
La UNA cuenta con cursos participativos para niñas, niños y adolescentes, que constituyen un proyecto permanente de extensión universitaria desde 1984. Su propósito ha sido promover la vinculación y el diálogo de la Universidad con la comunidad nacional y facilitar, por medio de capacitaciones cortas y abiertas a la sociedad, el conocimiento y desarrollo de destrezas en diferentes campos. Cada edición incorpora cursos de interés para diferentes poblaciones meta, distribuidos en varios horarios para facilitar el acceso a una variedad de opciones de aprendizaje y fortalecer diversas capacidades. Los cursos se organizan en cinco categorías: 1) Educación y desarrollo integral, 2) Humanismo, arte y cultura, 3) Producción ecoeficiente agropecuaria y de recursos naturales, 4) Salud ecosistémica y calidad de vida, y 5) Tecnologías de la información y la comunicación.
El Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (INEINA), fue creado en 1988 con el nombre de Instituto del Niño (INI), por acuerdo del Consejo Universitario. La idea de crear el INI fue del académico Oscar Benavides Montero, decano del CIDE, quien desde 1983 planteó la importancia de investigar las condiciones biopsicosociales de la población infantil costarricense, como base científica para atenderla apropiadamente. Benavides observaba un descuido muy marcado en la atención y la educación de la niñez, lo cual le preocupaba por la importancia crucial de esta etapa para perfilar el desarrollo de las personas. Impulsó la idea del Instituto para velar por un buen crecimiento de la persona de 0 a 12 años de edad en sus dimensiones biológica, psicológica y social. Posteriormente se amplió a la atención de la adolescencia.
El Instituto pretendía, desde su fundación, profundizar en el conocimiento de la niñez, dada la poca información propia que había en el país, una atención de la infancia producto de iniciativas aisladas, la falta de recursos de información robustos, decisiones políticas y sociales descoordinadas, una débil retroalimentación entre la práctica y la teoría, la carencia de una perspectiva integral de las necesidades, condiciones y problemáticas de la niñez, así como el rebalse de la atención de las demandas de esta población frente a la capacidad de las instituciones existentes.
La Biblioteca Infantil Miriam Álvarez Brenes (BIMAB), también conocida como "el trencito", fue abierta en 1996 por la Escuela de Bibliotecología, Documentación e Información (EBDI), con el propósito de contribuir al desarrollo integral de la niñez desde sus primeros años, mediante la recreación dirigida y sistemática, que enriquezca su aprendizaje, fortalezca sus valores humanos y sociales, y a la vez les permita desarrollar competencias que les sirvan para mejorar su calidad de vida.
El Programa Infantes y Salud Ambiental (ISA) del Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (IRET), es una iniciativa de investigación, extensión y docencia realizado principalmente en la región Huetar Caribe de Costa Rica, en colaboración con la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos; la Universidad de Lund, Suecia y la Icahn School of Medicine at Mount Sinai de Nueva York, entre otras instancias. Este programa aplica un enfoque ecosistémico de la salud humana, lo cual significa que busca comprender los factores que afectan la salud y el bienestar de seres humanos en su ambiente y analiza las interacciones socioambientales. ISA estudia la exposición ambiental a plaguicidas y manganeso, y sus efectos sobre la salud de niñas, niños, sus familiares, así como los factores que explican las exposiciones a plaguicidas y las posibles alternativas existentes para su uso. También promueve acciones colaborativas para reducir el contacto con contaminantes y mitigar sus posibles efectos.
El Proyecto Margarita Esquivel (PME) de la Escuela de Danza fue creado en 1979 y cuenta con una experiencia de más de cuatro décadas en la labor de extensión universitaria. Este Proyecto ha contribuido a promover el desarrollo y difusión de la danza a nivel provincial y nacional, potenciando, a partir del movimiento, la libertad expresiva y el desarrollo integral de sus participantes. La oferta permanente de cursos de danza del PME abarca todas las edades e inicia con un curso de Estimulación Temprana, dirigido a niños y niñas de entre un año y seis meses a tres años. Sus instructores son estudiantes destacados del Bachillerato en Danza, estudiantes de la Maestría Profesional en Danza, así como graduados y académicos de esta Escuela.
El 10 de junio de 2021, el Consejo Universitario de la UNA, reconociendo la trascendencia de esta área para el desarrollo nacional, y acogiendo la propuesta elaborada por el INEINA, la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión y el Centro de Estudios Generales, aprobó su Política Institucional de Niñez y Adolescencia, cuyo objetivo es fortalecer el compromiso social de la UNA con el cumplimiento pleno de los derechos de las niñas, los niños y las personas adolescentes, por medio de un conjunto integrado de acciones transversales a toda la acción sustantiva universitaria, de todas sus unidades académicas, sedes y sección regional, para generar un impacto positivo en el desarrollo, bienestar y calidad de vida de este sector de la población.
La UNA cuenta en la actualidad con cerca de 50 programas, proyectos y actividades académicas dirigidos hacia las personas menores de edad. Como se puede apreciar, la población de niñas, niños y adolescentes siempre ha estado presente en el desarrollo académico de la UNA, que ha comprendido, desde su fundación, la trascendencia crítica de pensar y actuar en este campo con una perspectiva interdisciplinaria, de derechos y de desarrollo integral.