Costa Rica se convirtió escenario del debate sobre la estandarización y la importancia de los nombres geográficos en la región, con la realización del Seminario de Nombres Geográficos. El evento, organizado por el Instituto Geográfico Nacional de Costa Rica, la Universidad Nacional y la sección nacional del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH), contó con la presencia de expertos de República Dominicana, Brasil, Chile y Colombia.
Durante 17 y 18 de febrero, especialistas compartieron experiencias y reflexionaron sobre el impacto de la normalización de los nombres geográficos en la gestión del territorio, la planificación urbana y la preservación del patrimonio cultural. La actividad coincidió con dos efemérides relevantes: el 80 aniversario del Instituto Geográfico Nacional de Costa Rica y el 60 aniversario de la Comisión Nacional de Nomenclatura.
El presidente de la Sección Nacional del IPGH en República Dominicana, Bolívar Troncoso Morales, recordó los antecedentes de esta iniciativa, y destacó que el trabajo en normativas de nombres geográficos inició en los años 70 con el Instituto Panamericano.
“La geografía no solo nos ayuda a ubicarnos, sino que también construye identidad y memoria histórica”, expresó Troncoso. Además, subrayó la importancia de los avances en cartografía digital, que permiten un acceso abierto a datos fundamentales para el desarrollo de los países.
Por su parte, Marilyn Romero Vargas, presidenta de la Sección Nacional del IPGH en Costa Rica y académica de la Escuela de Ciencias Geográficas de la Universidad Nacional, destacó el valor de los nombres geográficos en la identidad cultural, la planificación territorial y la gestión de la infraestructura.
"Los nombres geográficos no son solo referencias en los mapas; son claves para la comunicación espacial y para la toma de decisiones en el ordenamiento territorial", enfatizó Romero. Asimismo, explicó que en Costa Rica existe un sistema sólido de normalización de nombres, el cual ha sido fundamental en proyectos de infraestructura y planificación.
En la misma línea, Marta Eugenia Aguilar Varela, directora del Instituto Geográfico Nacional, resaltó que este congreso no solo se enfoca en aspectos técnicos, sino también en la dimensión histórica y cultural de la toponimia. “Los nombres geográficos pueden ayudar a reconstruir la historia de los lugares, identificar aspectos del patrimonio cultural y contribuir a la conservación del medio ambiente”, aseguró.
Desde el ámbito académico, Betsy Cedeño Montoya, subdirectora de la Escuela de Ciencias Geográficas de la Universidad Nacional, reafirmó el compromiso de esta institución con la formación de profesionales en geografía y cartografía.
“La Universidad Nacional ha participado activamente en la actualización de nombres geográficos junto con otras instituciones como el Instituto Nacional de Estadística y Censos y el Tribunal Supremo de Elecciones. Estos esfuerzos no solo fortalecen el conocimiento nacional, sino que también permiten a nuestros estudiantes involucrarse en procesos clave para el país”, comentó Cedeño.
El seminario no solo permitió la actualización de conocimientos, sino que también sirvió como un espacio para fortalecer alianzas estratégicas entre instituciones de diferentes países. “Esperamos que este encuentro sirva para seguir avanzando en la normalización de nombres geográficos y en la cooperación regional”, concluyó Cedeño.