“La extensión se lleva en el corazón. Y esta se realiza en los territorios, nunca detrás de un escritorio”. Así, con firmeza y conocimiento, Evelyn Cerdas, académica del Instituto de Estudios Latinoamericanos (Idela) de la Facultad de Filosofía y Letras, destacó la característica esencial de la labor del extensionista universitario.
Ella, junto con Nelly López, del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo) de la Facultad de Ciencias Sociales, y Juan Carlos Picón, de la Sede Regional Chorotega, fueron designados como los extensionistas destacados 2024. También, se entregó un reconocimiento especial al académico José Pablo Sibaja, de la Escuela de Química de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.
Desde hace 13 años la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad Nacional (UNA) otorga este reconocimiento (que consta de una placa y un certificado) a las personas académicas que han realizado un aporte a la transformación socioeconómica, cultural y ambiental que mejora la calidad de vida en comunidades, territorios y regiones en situación de vulnerabilidad.
El acto se realizó en el auditorio Clodomiro Picado Twight del Campus Omar Dengo, el pasado 8 de octubre.
“Dejar una huella”
Nelly López sabía que deseaba dejar una huella de la labor que ha ejercido durante más de 30 años. “Siempre quise que mi transitar por este mundo no fuera en vano y aportar a las comunidades mucho de lo que nos ha enseñado la UNA”, manifestó López.
Su trayectoria la inició en el Idespo como asistente académica y desde ahí fue forjando una carrera donde destacó el impulso de temas ambientales y su vinculación con el desarrollo comunal y la participación ciudadana. Bajo esa premisa fue que se creó el programa Horizontes Ambientales.
Para Nelly, incorporar a los estudiantes en los proyectos de extensión es fundamental, pues a ellos y ellas se debe transferir el conocimiento que se obtiene desde las comunidades y que se ve reforzado con el aprendizaje en las aulas. “Estamos viviendo tiempos difíciles y las críticas hacia las universidades públicas nos colocan frente al reto de consolidar la relación sociedad-universidad”.
Promotor del desarrollo
La comunidad Veintisiete de Abril de Santa Cruz en Guanacaste vio nacer a Juan Carlos Picón. Crecer en medio de las vicisitudes de una zona rural, con sus retos y oportunidades, abrieron en él una inquietud por saber cómo podía aportar al desarrollo.
De la UNA se graduó en 1997 y a partir de ahí fue escalando en su currículo con estudios de posgrado en temas de turismo y desarrollo humano y sustentable. “Pero yo sentía que me hacía falta algo, que, en medio de las carencias de la región, también había oportunidades y de repente, me encontraba personas alrededor de la Sede Regional (Chorotega) que tenían proyectos y ahí fue donde me metí de lleno a colaborar, a apoyar a emprendedores, a capacitar y llevar conocimiento”, narró Picón.
Es así como ha liderado más de 15 proyectos que abarcan desde temas de salud, deporte, desarrollo agropecuario, atención a poblaciones que van desde niños y niñas hasta adultos mayores, en regiones del golfo de Nicoya a la cuenca del río Tempisque, en asocio y colaboración con organizaciones locales.
Gestora de paz
Evelyn impartía un taller sobre educación para la paz en una escuela unidocente de San Carlos. Al terminar la actividad, siempre recordará que el docente se le acercó y le dijo unas palabras que siempre vivirán en su memoria: “muchas gracias, porque aquí nunca nadie nos visita y usted vino”.
Para la académica del Idela estas palabras reflejan la razón de ser de la UNA y de la extensión: la presencia en comunidades. Y así como le ocurrió en aquella ocasión, atesora otras historias en 24 años de trabajo, donde ha sido precursora de metodologías innovadoras en educación para la paz, derechos humanos y resolución de conflictos.
Integrando la docencia y la investigación al trabajo extensionista, Evelyn Cerdas ha llevado sus talleres a zonas de alta vulnerabilidad social, incluyendo a otras instituciones, lo que le ha permitido crear una red de trabajo con otros países de América Latina donde se ha replicado la metodología.
Educación y capacitación
Para un profesional en química, vincular su área de trabajo con la extensión, se convirtió en todo un reto. Es así como José Pablo Sibaja ha sabido transmitir a comunidades y a escuelas temas relacionados con la vulcanología, sus impactos, identificar lo que son gases azufrados y la ceniza.
“Se han entregado más de 3.000 folletos y libros de colorear que incluyen sopas de letras, y crucigramas, para aprender de estos temas. También capacitamos guardaparques para que sepan cómo tomar decisiones sobre cuándo cerrar un área o hacer una evacuación ante una situación de riesgo”, manifestó Sibaja.
Para el rector de la UNA, Francisco González, acciones como éstas reflejan el carácter transformador que está vinculado con los orígenes mismos de la UNA. “Esto nos permite reconocer los problemas sustantivos de la sociedad y facilitar acciones particulares de superación ante condiciones de exclusión social históricamente construidas, con especial énfasis en el desarrollo rural”.
El vicerrector de Extensión, Martín Parada, reconoció el trabajo de los cuatro extensionistas como ejemplos del cuidado colectivo, que une a la academia con los sectores sociales. Ese esfuerzo, indicó, debe fomentarse con la inclusión curricular de la extensión desde las aulas. “Recuerdo cuando empezamos con un curso en Planificación y Promoción Social en el 2021, y hoy llevamos ya 10 instancias académicas y 12 grupos incorporados”.
Durante su presentación, Parada hizo también un repaso de la gestión desde la Vicerrectoría donde destacó la implementación de 28 Modelos de Desarrollo Territorial (MDT), así como la implementación de proyectos del Fondo Universitario de Estímulos para el Desarrollo Regional (Funder), la Línea Estratégica de Regionalización y el Fondo para el fortalecimiento de capacidades estudiantiles en la extensión universitaria (Focaes).
También informó cómo, desde los cursos de la estrategia Costa Rica Aprende con la U Pública, se ha beneficiado a 854 personas que se matricularon en las 18 ofertas académicas disponibles.