Con unas gafas que ocuparon prácticamente la mitad de sus rostros y con la asistencia de dos palancas que sostenían y manipulaban con sus manos, estudiantes de primer año de la carrera de Administración de Empresas de la Universidad Nacional (UNA) se introdujeron en el mundo de la realidad virtual y la Inteligencia Artificial (IA).
Hace nueve meses, la Escuela de Administración adquirió estos equipos tecnológicos y ahora son de uso en las aulas por parte de los estudiantes. Así lo expresó el académico Michael Muñoz, quien desarrolló una de sus clases del curso de Administración General con los muchachos y muchachas.
Para Muñoz la experiencia fue destacable, al combinar la teoría con la práctica, de la mano con las tecnologías emergentes, que cada vez tienen una mayor penetración en las aulas universitarias.
Lo dijo recientemente Henry Chero Valdivieso, doctor de la Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote, en Perú, durante el III Congreso Internacional y IX Nacional en Educación Comercial, de la Escuela de Secretariado Profesional: “Tenemos que aprender a valorar y a sumar lo que estas herramientas puedan aportarnos para fortalecer el trabajo docente. Para formar personas se necesitan personas y eso no va a cambiar, pero lo cierto del caso es que la tecnología avanza y no podemos retroceder”.
Con esa misma perspectiva, el docente Michael Muñoz llevó los equipos al aula y los integró al proceso de enseñanza.
Cuando la persona se coloca las gafas, lo primero que hace es ingresar a un menú que le despliega una serie de opciones de ambientes de realidad virtual donde podrá desenvolverse.
Con las palancas que sostienen con sus manos, cada estudiante toma decisiones que sustituyen las que harían en la vida real, como tomar un objeto, saludar a otra persona que esté en el ambiente seleccionado, abrir una puerta o utilizar una computadora.
Los módulos que contiene el sistema están diseñados para la experiencia de aprendizaje. Por ende, los estudiantes podían estar en una bodega o en una fábrica donde se desarrollan procesos industriales, en una oficina o atender un tema de salud ocupacional.
Al estar allí, las personas usuarias deben tomar decisiones que simulan una situación de la vida real, en el campo empresarial. Al ser jóvenes que inician sus estudios universitarios y que quizás tendrán contacto con una compañía a partir del cuarto año de carrera, la dinámica les permite adentrarse en una realidad que no les será ajena en el futuro próximo, de la mano con la tecnología.
“No podemos ser profesionales que ignoremos las tecnologías. Hoy día las industrias y el sector financiero demandan estas competencias y si optamos por iniciar nuestro propio emprendimiento, vamos a requerir de destrezas de este tipo, aplicadas a los negocios y eso les va a dar a los estudiantes una ventaja muy importante”, destacó Muñoz.
Al ser una población estudiantil de 18 y 19 años, que proviene, en su mayoría, de zonas rurales del país, el docente resaltó el hecho de que para muchos fue su primer acercamiento con estas herramientas novedosas, y gracias a las oportunidades que ofrece la universidad pública, acceden a ellas.
Sin embrago, destacó que al ser “nativos digitales”, no solo se apropiaran de la tecnología con facilidad, sino que van descubriendo por sí solos funcionalidades del sistema. “Es muy interesante, uno llega con una idea y más bien sale aprendiendo un montón de cosas que ellos me dicen, de que esto se puede hacer de esta o de otra manera”, comentó.
Criticidad y empoderamiento
El docente tiene claro el rol que juegan las tecnologías emergentes y lo aplica en sus lecciones. Está convencido del beneficio del uso de la IA en la enseñanza y, al mismo tiempo, propone espacios para el análisis y la discusión de cómo se puede aprovechar en el ejercicio profesional.
“Uno como profesor genera esos espacios de debate y busca que el estudiante desarrolle sus criterios y se empoderar, que aprenda a cuestionar ¿cómo puedo utilizar esta herramienta en un trabajo?, ¿qué le cambiaría?, ¿cuál es mi aporte desde el conocimiento para complementar su uso?”, detalló.
Esa es la estrategia de la relación entre el docente y el estudiantado que Chero Valdivieso destacó en su ponencia, de manera que durante el proceso de enseñanza exista un acompañamiento en el uso de adecuado de las tecnologías y que se generen contenidos orientados al logro de los objetivos.
De acuerdo con Microsoft, los sistemas digitales de todo el mundo generan hasta 2,5 quintillones de bytes de nuevos datos, todos los días. Esa abundancia de información, aplicada a la IA, genera un reto para los profesionales del futuro que tendrán acceso a una cantidad ilimitada de elementos que serán la base para la toma de decisiones empresariales.
“Cuando yo sé que hay una nueva Inteligencia Artificial que me puede automatizar un proceso, generar informes que antes se tardaba cuatro días para hacerlos y que ahora están listos en una hora, eso me da una ventaja competitiva”, ejemplificó Muñoz.
En un mundo donde, de acuerdo con Gartner, en el 2026 más del 80% de las empresas habrá utilizado modelos de IA generativa, cursos como los que imparte la Escuela de Administración se convierten en una ventana de oportunidades para los estudiantes que deben tener los conocimientos y competencias para desempeñarse con éxito en su nicho profesional.