Aunque considera como favorable para Costa Rica la valoración global de la decisión de la Corte Internacional de Justicia, la Rectoría de la UNA lamenta que no quedara garantizada la conservación de los recursos naturales.
“La Corte Internacional de Justicia tomó una decisión salomónica. Seguramente así debía ser, especialmente, porque son medidas provisionales, mientras se desarrolla un juicio que tomará varios años”, afirmó Sandra León, rectora de la Universidad Nacional (UNA), en un comunicado a la comunidad universitaria.
Para la rectora, la valoración global de la decisión de la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, Holanda, es favorable para Costa Rica, tomando en consideración tres de las disposiciones: que tanto Nicaragua como Costa Rica deben abstenerse de enviar o mantener militares en la zona en conflicto (isla Calero, en el norte de la provincia de Limón); que ninguna de las dos naciones debe incurrir en actos que empeoren el conflicto; y que se le permite a Costa Rica enviar personal para la protección ambiental.
No obstante, considera León que lo anterior se ve oscurecido al rechazar La Haya las medidas cautelares solicitadas por Costa Rica en cuanto a detener la apertura de un canal artificial y del dragado en el río San Juan. En su criterio, duele aceptar que el aseguramiento de la conservación del estado de los recursos naturales y su relación con la calidad de vida de los habitantes de la zona de impacto, no quedó garantizado.
Resalta la Rectoría que curiosamente, los gobiernos de ambos países han calificado las disposiciones de la Corte Internacional de Justicia como un "triunfo contundente", por lo que probablemente será el tiempo el que finalmente indicará cuál es la mejor manera de calificar las disposiciones que nuestros países han de cumplir.
La rectora reiteró la confianza de los universitarios en la Corte Internacional de Justicia y expresó su esperanza de que tras el prolongado juicio que se avecina, sean reconocidos los argumentos a favor del respeto a la soberanía costarricense y de la protección de los ecosistemas nacionales y centroamericanos.
Asimismo, instó a que mientras se resuelve este nuevo proceso, prevalezca el respeto y la paz entre hermanos centroamericanos. “Las diferencias de hoy, que son de carácter coyuntural y debidas a intereses personalistas, no deben empañar la memoria de casi doscientos años de vecindad e incontables vínculos de naturaleza cultural, social y económica”, subrayó la rectora.