La información de patentes es clave para realizar innovación científica, según quedó claro en el taller ofrecido por la especialista Beatriz García, jefa del Departamento de Gestión de la Propiedad Intelectual del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Cuba.
La información que contiene una patente está vinculada directamente con el quehacer académico. Efectivamente, esta información permite conocer el estado de la ciencia y la técnica en un campo particular del conocimiento y estudiar los progresos para tomar decisiones sobre qué enseñar e investigar. Así, la información que se puede extraer de una patente puede complementar los artículos científicos que se publican en revistas especializadas.
Aún más, conocer el estado de la técnica permite a los investigadores, particularmente de las universidades, encauzar sus exploraciones científicas hacia proyectos que tengan mayor impacto social en áreas tan sensibles como salud, educación, medio ambiente y otras, también relacionadas directamente con el bienestar de la sociedad.
Las anteriores reflexiones formaron parte del taller denominado Generación de conocimiento a partir de la información de patentes en universidad públicas e inteligencia tecnológica como herramienta para la tramitación de proyectos y potencialidad de patentes.
Este fue impartido a finales del año pasado por la especialista cubana Beatriz García Delgado, jefa del Departamento de Gestión de la Propiedad Intelectual del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de su país. García es química de profesión y tiene una amplia experiencia en la inscripción de patentes de Cuba en varios países desarrollados del mundo.
Aún más, conocer el estado de la técnica permite a los investigadores, particularmente de las universidades, encauzar sus exploraciones científicas hacia proyectos que tengan mayor impacto social en áreas tan sensibles como salud, educación, medio ambiente y otras, también relacionadas directamente con el bienestar de la sociedad.
Las anteriores reflexiones formaron parte del taller denominado Generación de conocimiento a partir de la información de patentes en universidad públicas e inteligencia tecnológica como herramienta para la tramitación de proyectos y potencialidad de patentes.
Este fue impartido a finales del año pasado por la especialista cubana Beatriz García Delgado, jefa del Departamento de Gestión de la Propiedad Intelectual del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de su país. García es química de profesión y tiene una amplia experiencia en la inscripción de patentes de Cuba en varios países desarrollados del mundo.
Según comentó Shirley Benavides, directora de la Oficina de Transferencia Tecnológica y Vinculación Externa de la UNA, organizadora del taller, la actividad fue muy provechosa para los científicos del país y de la UNA, en particular, no solo para conocer cómo se genera la información a través de una patente sino para no repetir investigaciones que ya se han realizado en otros países. Es decir, “las escuelas y direcciones de investigación tendrían mayores herramientas para decidir si se autoriza una ‘nueva’ investigación o no”.
Ante la inquietud, planteada durante el taller, sobre si las universidades públicas deben o no patentar el conocimiento, García indicó que es ampliamente reconocido en círculos intelectuales internacionales que el siglo XXI será el de la economía del conocimiento. En ese sentido, la ciencia y la técnica deben ser integradas (y protegidas) dentro de un sistema de propiedad intelectual.
Bajo su óptica, el axioma es muy simple: “si no patentamos y solo publicamos los resultados, otros lo harán (patentar) sin que nosotros podamos comercializar”. En el caso particular de Cuba, indicó que el dinero generado a partir de las patentes ha sido clave para financiar los equipos con que se sigue realizando la investigación. De ahí la necesidad de proteger los resultados de sus investigaciones. Actualmente, según informó, el 77 por ciento de las patentes están en poder de los Estados Unidos, Japón y Europa y el 22 por ciento en el resto del mundo; en países como Australia, Canadá, China y Corea del Sur, entre otros.