Valoraciones negativas sobre su cuerpo enfrentan cotidianamente en el país las personas gordas, a quienes se les encasilla dentro de violentos estereotipos, según evidencia el estudio"Gordofobia, efectos psicosociales de la violenciasimbólica y de género sobre los cuerpos. Una visión crítica en laUniversidad Nacional".
Realizada por Gabriela Quirós Sánchez para optar por el grado de Licenciatura en Género y Desarrollo del Instituto de Estudios de la Mujer (Iem) de la Facultad de Filosofía y Letras, la investigación se basó en encuestas a estudiantes de todas las facultades y centros de la UNA y en grupos focales, a partir de los cuales “queda bastante claro cómo hay una afectación emocional, que se ve manifiesta desde el tema corporal”, como recalcó la autora.
Los datos así lo confirman. El 51,47% de mujeres y el 26,06% de hombres encuestados asegura haber experimentado tristeza por no tener lo que socialmente se define como “el cuerpo ideal”.
Hay un bombardeo constantes de mensajes en los medios de comunicación e incluso en conversaciones en centros de trabajo o en las propias casas, que presentan el cuerpo delgado como lo bello, lo deseable, lo estético, lo exitoso; en contraposición, la gordura tiene una connotación de dejadez, despreocupación, vagabundería o conmiseración.
No resulta extraño entonces que las personas que no encajan en el ideal, se sientan afectadas emocionalmente, como lo muestran algunas frases expresadas por participantes en los grupos focales.
“Muchas veces lo que uno trata de hacer es minimizarse para que no noten que uno no es delgado”, dijo un hombre; mientras tanto, una mujer manifestó: “Esa vara te destruye, te enferma, no te hace desempeñarte, te hace insegura”.
Mayor presión sobre mujeres
La investigadora llamó la atención sobre el hecho de que la encuesta revela que son considerablemente más mujeres que hombres quienes atraviesan por una insatisfacción corporal, que al final repercute a nivel emocional.
No por casualidad, una parte importante de la muestra percibe que hay mayor presión social por adelgazar el cuerpo sobre las mujeres. El 75, 36% de los hombres y el 85,29% de las mujeres encuestados concuerdan con que efectivamente son las mujeres quienes sufren mayor presión por mantener el cuerpo delgado, que es el cuerpo estéticamente aceptado, según los parámetros sociales actuales.
“El tema del género en relación al cuerpo es sumamente importante porque nos socializan diferente”, dice la autora de la tesis, quien también es psicóloga.
Añadió que la mirada estética en nuestra sociedad es patriarcal, lo que explica que haya una mayor exigencia para las mujeres. “La mirada estética para con las mujeres siempre va a ser descalificadora, mientras que los hombres no necesitan ser bonitos para acceder a un puesto de trabajo, a una pareja, o para ascender”.
Por otro lado, la gordura femenina se representa de dos formas: cómica (causa risa) o mala. Así se refleja incluso en las películas, donde actrices con estructuras corporales gruesas protagonizan comedias y villanas de Disney, como la reina roja, en Alicia en el país de las maravillas, son mujeres gordas.Este tipo de representación social—afirma Quirós Sánchez—lo que viene a decirle a la gente que consume esos símbolos, es que la gordura está mal.
La autora de la tesis también encontró que no es necesario percibirse como persona gorda para sentir insatisfacción corporal y contemplar la intervención quirúrgica o estética como una opción.
De hecho, en la encuesta, las personas que dijeron estar delgadas—principalmente mujeres—quienes mayormente manifestaron que se someterían a una intervención quirúrgica estética, si tuvieran la oportunidad.
“Entonces hablamos de una insatisfacción corporal que no está en sí misma depositada sobre la grasa en el cuerpo, sino que está socialmente construida dentro de las personas en general, sin importar su contextura, su físico”, subrayó.
Es por eso que la investigadora afirma que el estudio responde a lo que sucede en la sociedad porque, si bien se hace de puertas adentro de la Universidad, se trata de un tema social porque parte del aprendizaje.
Y una de las formas en que aprendemos socialmente es por medio del modelaje, de tal manera que los hijos van adquiriendo el modelo de comportamiento de sus padres.
Eso significa que aunque no se le diga directamente a un hijo o a una hija que está gordo o que no coma determinado alimento porque se engorda, con solo que el padre o la madre se lo diga a sí mismo frente al espejo o converse a la hora del café sobre cómo se engordó determinada persona, esos procesos símbolos permean en los menores, quienes empiezan a establecer la asociación entre lo gordo y lo malo.
En detalle
La investigación "Gordofobia, efectos psicosociales de la violenciasimbólica y de género sobre los cuerpos. Una visión crítica en laUniversidad Nacional", realizada por Gabriela Quirós Sánchez para optar por el grado de Licenciatura en Género y Desarrollo, contempló una metodología mixtabasada en encuestas a 140 estudiantes (50% hombres y 50% mujeres) de todas las facultades y centros de la UNA en su sede en Heredia, así como en información recopilada en grupos focales.
Entre los principales hallazgos del estudio destacan:
- No es necesario que una persona se perciba como gorda para que tenga manifestaciones o consecuencias de la gordofobia; se trata de un proceso aprendido.
- La presión por adelgazar el cuerpo es más marcada en las mujeres.
- La publicidad en redes sociales y discursos institucionales donde el tema de la obesidad es tratado únicamente desde el aspecto médico, son medios de legitimación de la gordofobia.
La autora recomendó potenciar la discusión en torno al tema como una forma de discriminación y gestionar la participación de personas expertas para profundizar en los impactos de la gordofobia e incluir el análisis del tema como parte de los cursos que aborden la discriminación.
Asimismo, sugirió nuevas líneas de investigación como discursos públicos de la industria estética para mujeres y hombres y la influencia de las redes sociales en la construcción social del cuerpo de mujeres y hombres.
Pie de foto:
Las mujeres enfrentan mucho mayor presión social por adelgazar que los hombres, según muestra estudio realizado entre estudiantes de la UNA.