El pasado 2 de junio, Francisco González Alvarado, rector de la Universidad Nacional (UNA), presentó ante la Asamblea de Representantes, el informe de fin de gestión y de rendición de cuentas 2020-2025.
Durante este periodo, la Institución enfrentó uno de los contextos más complejos de su historia reciente, marcado por una pandemia global, transformaciones legales en el ámbito nacional, presión sobre la autonomía universitaria y exigencias de eficiencia en la gestión pública.
“La universidad tiene avances significativos, entre ellos la defensa de la autonomía del quehacer de la Universidad pública en los diferentes escenarios tanto políticos como sociales. Hicimos un gran esfuerzo por obtener un balance en materia de sostenibilidad financiera institucional, reconociendo la importancia de hacer ajustes y que estos ajustes nos garantizarán una Universidad para el corto, mediano y largo plazo”, detalló González.
Asimismo, resaltó el trabajo realizado en consolidar el modelo de admisión , al fortalecer no solo la procedencia de los estudiantes de las distintas modalidades de colegios públicos, sino aumentando también la participación indígena.
De acuerdo con González, se logró impulsar un modelo de planificación estratégica con enfoque prospectivo, y fue la primera universidad en el país y una de las primeras instituciones que lo hacen desde esta perspectiva. “Eso significa pensar la Universidad no sólo para un quinquenio, sino para más años en el mediano y largo plazo”.
Para el jerarca, también se avanzó en la transformación curricular e innovación del currículo. “Logramos 3 carreras nuevas en las áreas STEM, 9 nuevos posgrados, y un modelo de acreditación que siempre nos va a garantizar esa excelencia Académica. La UNA es la primera universidad certificado por la agencia francesa Hcéres”.
González también destacó logros en el desarrollo de educación continua con más de 30 técnicos disponibles para la población, la movilidad internacional con presencia en más de 30 países, y el fortalecimiento de las condiciones de empleo de los funcionarios, aún con el impedimento de recibir aumentos en las bases por costo de vida.
“Hemos procurado espacios de trabajo sanos, licencias profilácticas asociadas a personas que manejan sustancias tóxicas, y hemos impulsado una convención colectiva que en el marco de la normativa nacional, nos posibilita también pensar en acciones más progresistas en defensa del sector trabajador, sin perder de vista la sostenibilidad financiera e institucional” detalló.
Retos
De cara al próximo periodo, la gestión reconoce al menos diez desafíos estratégicos: la defensa de la autonomía universitaria, la sostenibilidad financiera, el fortalecimiento del sistema de becas y servicios estudiantiles, el impulso del enfoque MIT, el cierre de la negociación de la convención colectiva, la consolidación del desarrollo territorial, la simplificación normativa, la innovación curricular, la transformación digital e internacionalización, y la integración ética y responsable de la inteligencia artificial.
“Pero sin duda, un reto capital será fortalecer también la participación de la Universidad en el aseguramiento de los sistemas de nuestro sistema democrático, y eso significa levantar la voz por un estado social de derecho que tiene que ser cada día más legítimo y menos inestable, respecto a pretensiones populistas que también nos rodean como sociedad costarricense”, concluyó González.
Puede encontrar el informe de labores en el siguiente enlace:
https://acortar.link/OOduz1