Érick Sánchez Alvarado, egresado de la Escuela de Ciencias del Deporte -hoy Ciencias del Movimiento Humano y Calidad de Vida- es el actual preparador físico de la Selección Nacional de Futbol.
Es el responsable de que Campbell, Navas, Borges, Ruiz, no bajaran los brazos hasta el minuto 90. Es el encargado de que Gamboa, González, Miller, Bolaños y Díaz corrieran a todo pulmón durante el mundial Brasil 2014. Sí, tal vez usted se lo ha topado en algún pasillo universitario, por que el Campus Omar Dengo lo recorre desde que era un niño. Es Érick Sánchez Alvarado, el actual preparador físico de la Selección Nacional de Costa Rica.
“Tengo el sello UNA por todo lado. Desde niño mejengueaba en las zonas verdes de la Universidad, porque soy de aquí cerca. Además, toda mi preparación académica la hice aquí, soy egresado de la antigua Escuela de Ciencias del Deporte, hoy ciencias del Movimiento Humano y Calidad de Vida”, explica Sánchez.
Desde 1992, esa unidad académica lo vio crecer, hasta convertirse en bachiller de educación física y licenciado en rendimiento deportivo. Pronto “el profe”, como le dicen los jugadores de la Tricolor, ejerció como entrenador y preparador físico en ligas menores y equipos de primera división del fútbol nacional. Para el año 2010 ya era preparador físico de la Selección Nacional Sub-17. Justo en ese año, el entonces seleccionador nacional, Ricardo Lavolpe, lo llamó para una prueba. A partir de allí es titular indiscutible del cuerpo técnico.
En pleno mundial, este orgulloso padre de dos niñas, sabe que la vida le dio una oportunidad de oro: “este es mi primer mundial, es una experiencia que puede marcarme profesionalmente, es un momento único que uno no lo ve todos los días. Podrían abrirse las puertas del mercado nacional o internacional para mejorar mis condiciones de vida”.
Acerca de su trabajo en la “Sele”, Sánchez la reconoce como su segundo hogar: “la Selección Nacional es como una familia, se pasa mucho tiempo aquí, en concentraciones, se encariña uno con los jugadores, los conoce bien, ve de cerca sus sufrimientos, alegrías, uno llega a conocer el lado humano de ellos”.
Con un mundial en su currículum, este egresado de la Universidad Nacional (UNA) admite que una buena preparación física no gana partidos, aunque sí resulta un factor decisivo, si se cuenta con una buena nutrición, un seguimiento médico y un nivel futbolístico adecuado, verdades aprendidas en la UNA, en sus tiempos de estudiante: “yo estoy muy agradecido con la UNA, y sobre todo con mi profesor, mentor y amigo, Milton Rivas, catedrático de la Universidad. Yo la llevo en el corazón, porque buena parte de lo que soy, se lo debo a ella”.