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Archivo de la noticia: Junio 2014


Aguas residuales ahogan nuestros ríos

 

Solo el 4,2% de las aguas residuales en todo el país recibe tratamiento antes de ir a los ríos, comportamiento habitual en países en desarrollo, pero generador de gran contaminación.


 

Es común observar en las calles el agua de lavamanos, duchas o fregaderos, esta corre libremente hacia las alcantarillas para luego ir directo hacia los ríos, donde restos orgánicos y químicos los contaminan día a día.

Estas son las aguas residuales, y de acuerdo con datos del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados, solo el 4,2 por ciento en todo el país, recibe tratamiento antes de ir los ríos. “Este es un comportamiento normal de de países en vías de desarrollo, donde la prioridad es el abastecimiento y se invierte poco en el manejo”, detalló Alvaro Araya.

Para el especialista, Costa Rica apostó a un manejo de las aguas residuales en forma individual, es decir a través de tanques sépticos o drenajes que abarcan un 70 por ciento de la población, pero que empiezan a ser sistemas obsoletos. “El 26 por ciento de los costarricenses tiene cobertura de alcantarillado sanitario, esto quiere decir que al frente de su vivienda hay una tubería que conecta sus aguas residuales, el problema es que solo  cerca del 4 por ciento va a una planta de tratamiento”, explicó Araya.

El AyA desarrolla un programa de “Mejoramiento Ambiental en el Área Metropolitana”, que busca la rehabilitación y ampliación del alcantarillado sanitario en San José. “El proyecto abarca 11 cantones y 43 distritos, la población beneficiada será de 1070 personas, cuyas aguas residuales van a los ríos Virilla, Tiribí y María Aguilar, entre otros. Estas aguas se procesarán en una planta de tratamiento y el proyecto crecerá en forma gradual hasta el 2019 para abarcar otros sectores”, dijo Pablo Contreras del AyA.

“El país está haciendo una inversión millonaria para que las aguas que van al Tárcoles y posteriormente al Golfo de Nicoya tengan tratamiento; pero tendremos que esperar un tiempo más para saber si esto tendrá efecto en los ríos; y no debemos dejar de lado otras zonas del país como Guanacaste o Pérez Zeledón, donde existen otros sistemas de saneamiento pero con serias limitaciones”, puntualiza Clemens Rupert, investigador del Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas de la Universidad Nacional (IRET-UNA).


Recientemente, Andrea Suárez, coordinadora del  centro de Recursos Hídricos para Centroamérica y el Caribe de la Universidad Nacional (HIDROCEC-UNA), Elías Rosales, investigador del Instituto Tecnológico y Francisco Angulo, del área de Investigación y Desarrollo de la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH S.A)  participaron en el programa UNA Mirada para discutir las posibles soluciones para la disposición de las aguas residuales en el país.


Para Angulo, el primer llamado es a la población. “Debemos formar un ciudadano con una mayor sensibilidad social; está acostumbrado a pagar por el agua que recibe pero no por la que desecha, tiene que haber una mayor disposición para saber que si se debe de pagar un poco más, es para un beneficio futuro. Además, nada hacemos en poner un sistema especializado si la gente sigue depositando el papel higiénico en el sanitario”, dijo Angulo.


“Tenemos que saber si el proyecto que estamos construyendo está bien implementado, de lo contrario tenemos que desarrollar otros niveles de tratamiento y empezar a crear conciencia en el uso de sustancias químicas como medicinas, hormonas o maquillaje que contaminan el  agua”, explicó Rosales.


Para Suárez, además de pensar en las repercusiones de la salud humana y los ecosistemas y medidas alternativas, se debe pensar en la capacitación.”Desde la academia se deben crear capacidades para manejar estos sistemas y aprovechar la cooperación internacional para la asesoría técnica y la búsqueda de recursos para desarrollarlos”, enfatizó Suárez.