*Dr. Greivin Rodríguez Calderón
El 5 de noviembre el pueblo de los Estados Unidos de América tendrá que elegir al presidente o presidenta número 47 de la nación y después de ocho años, se repite la historia: las personas contrincantes en la recta final son un una mujer y un hombre.
El hecho de que ambas personas candidatas sean muy conocidos en la escena política de los Estados Unidos y a nivel internacional, no es un dato minúsculo o que debamos obviar. Donald Trump ya fue el presidente número 45 para el periodo (2017-2021) y Kamala Harris es la actual vicepresidenta y candidata después de que el actual presidente Joe Biden decidiera desistir de la carrera que lo llevaría a una posible reelección.
Los resultados del 5 de noviembre, allende a cualquier tema, será un hito histórico en el caso que Kamala logre derrotar a Donald Trump y se convierta en la primera presidenta de los Estados Unidos, techo de cristal que no logró romper en su momento Hillary Clinton en su contienda por la presidencia con el mismo rival Republicano Donald Trump.
Luego de esta breve introducción y acercándonos al tema principal sobre la política comercial y sus posibles efectos para América Latina desarrollaré algunos puntos generales en torno a las dos personas candidatas.
1. A nivel multilateral Kamala Harris del Partido Demócrata apuesta por el diálogo y el rol de las instituciones internacionales como la Organización Mundial del Comercio (OMC), para fortalecer las relaciones comerciales de los Estados Unidos con sus socios a nivel global y por supuesto en América Latina. Por el contrario, Donald Trump ha remarcado que su política comercial mantendrá la línea de su primera administración “America First”, esto se traduce en un desprecio por el sistema internacional y el diálogo constructivo, prefiere un estilo confrontativo y más proteccionista. Durante su administración Trump fue un fuerte defensor de aranceles y barreras comerciales, con el objetivo de proteger las industrias estadounidenses de la competencia extranjera, esto causó serios problemas con China, México, Argentina, Brasil, Chile e incluso con la Unión Europea (UE).
2. A nivel regional, por parte de la candidata demócrata Kamala Harris se esperaría una continuidad y profundización de las acciones que ha desarrollado el presidente Joe Biden. Su administración ha fortalecido el United States-Mexico-Canada Agreement (USMCA), lo que ha permitido un desarrollo en áreas clave como la industria automotriz, el comercio digital y las protecciones laborales. También ha procurado reducir las tensiones en la región causadas por acciones ejecutadas por Donald Trump, como lo fue la imposición de aranceles a las importaciones de acero (25%) y aluminio (10%), que afectó a varios países latinoamericanos. Actualmente Trump mantiene un discurso de odio contra los migrantes, a los que acusa de sustraer los empleos a los estadounidenses y por supuesto no tiene reparo en señalar que la migración proveniente de América Latina es responsable de los problemas de criminalidad en los Estados Unidos.
3. En junio del 2022 Joe Biden anunció la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas o la “Alianza de las Américas” durante la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, California, una iniciativa con el propósito de establecer una ruta que ayude a hacer frente a la desigualdad económica, reducir la pobreza y la inmigración ilegal fomentando la integración económica regional a partir de la inversión y la creación de empleos de calidad. Esto es una apuesta para contrarrestar la influencia de la República Popular China en la región y además fortalecer la resiliencia de las cadenas de suministro en sectores claves para los Estados Unidos como la tecnología, los productos médicos y la industria manufacturera. La actual candidata Kamala Harris ha expresado su compromiso en llevar a cabo las acciones necesarias para materializar estas iniciativas.
¿Qué podemos esperar de la política comercial de los Estados Unidos hacia América Latina, Centroamérica y Costa Rica, si gana una u otro candidato?
Si gana Kamala Harris no considero que tendremos cambios drásticos, la candidata da señales de estar comprometida con el multilateralismo, un comercio justo que aborde temas ambientales y de inclusión y la relocalización de ciertos sectores claves. Esto puede favorecer a sus socios en América Latina, Centroamérica y por supuesto a Costa Rica, especialmente en el sector de alta tecnología e industria de dispositivos médicos. No menos importante será una presidenta, que por lo que nos deja ver como candidata, respeta las formas y mantiene un discurso constructivo con respecto al trato a sus países vecinos y el respeto del derecho internacional.
En la otra acera está Donald Trump, cuyo estilo ya conocemos. Eso no ha cambiado ni cambiará, y la prensa de su propio país lo ha definido como agresivo, confrontativo, polarizador, rudo, misógino, poco claro, racista, supremacista y xenofóbico. En síntesis, un personaje con tintes populista con poder en Washington.
*El autor es profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional (UNA), especialista en comercio internacional y miembro de la cátedra OMC-CR.
